Más allá de la construcción de edificios y viviendas, la arquitectura tiene la capacidad de dar forma a nuestras comunidades, infiriendo de forma directa en la calidad de vida de sus habitantes.
El poder de esta disciplina no solo radica en la estética, sino en su capacidad para fomentar la interacción comunitaria, la accesibilidad o la sostenibilidad. Los espacios públicos diseñados conscientemente redefinen la forma en que nos movemos y vivimos nuestra vida diaria, de la misma manera que la arquitectura, mediante proyectos de viviendas asequibles o diseños participativos, puede llegar a convertirse en la voz de aquellos que siempre han estado silenciados.
Bajo una perspectiva y un enfoque social, la arquitectura puede convertirse en vehículo de la inclusión y de una sociedad más justa e igualitaria. Es por eso que son cada vez más los arquitectos y estudios de arquitectura que invierten su tiempo y recursos económicos en llevar a cabo proyectos de índole social, legando así un futuro mejor y convirtiéndose en referentes de las próximas generaciones de arquitectos y diseñadores.
En este artículo exploraremos siete proyectos arquitectónicos que van más allá de la estética y la funcionalidad, centrándose en la perspectiva social y contribuyendo positivamente a las comunidades que sirven.
1. La Cité du Refuge, París, Francia
La Cité du Refuge es un proyecto arquitectónico y social que aborda la problemática de la falta de vivienda en París. Diseñado por Le Corbusier y Pierre Jeanneret en la década de 1930, este edificio ofrece refugio a personas sin hogar y servicios adicionales para ayudarles a reintegrarse en la sociedad.
El edificio fue concebido para proporcionar, no solo viviendas, sino también instalaciones educativas y recreativas que fomenten la interacción social entre los residentes, creando así un sentido de pertenencia a la comunidad.
Aunque no se diseñó con un enfoque medioambiental, han sido varias las ocasiones en las que la Cité du Refuge ha pasado por renovaciones cuyo propósito era mejorar su eficiencia energética y, por tanto, convertirlo en un espacio consciente y respetuoso con el medio ambiente.
2. La Ciudadela Vertical, Caracas, Venezuela
La Ciudadela Vertical es un ambicioso proyecto en el corazón de Caracas, que aborda la congestión urbana y la necesidad de viviendas asequibles. Diseñado por el arquitecto Fruto Vivas en la década de 1970, este complejo se compone de torres modulares y escalonadas que maximizan el espacio aprovechable.
A través de su diseño vertical, este edificio emplea de forma eficiente el espacio limitado disponible en entornos urbanos densos, como lo es Caracas. El proyecto se concibió con la idea de proporcionar viviendas asequibles para la población en constante crecimiento de la ciudad venezolana y, más allá de su función residencial, ha terminado convirtiéndose en todo un emblema arquitectónico de la ciudad.
3. Proyecto Elemental, Monterrey, México
El Proyecto Elemental, liderado por el arquitecto Alejandro Aravena, aborda el problema de la vivienda social en América Latina. En lugar de presentar un proyecto específico, Elemental es una iniciativa que propone soluciones flexibles y adaptables a través de un diseño participativo.
Mediante estructuras básicas que pueden ser completadas y modificadas por los propios residentes, la comunidad se convierte en parte activa del proceso de diseño, asegurando así que las soluciones propuestas se adaptan a las necesidades específicas de los residentes y logrando un sentimiento de pertenencia y control sobre el entorno.
Además, Elemental destaca por su enfoque holístico, considerando la infraestructura y los espacios públicos como imprescindibles para el desarrollo integral de una comunidad.
4. Essential Homes (Norman Foster Foundation)
En el marco de la última edición de la Bienal de Venecia, la Norman Foster Foundation presentó el proyecto de investigación “Essential Homes”, un prototipo de vivienda en colaboración con la constructora Holcim.
Ante la escasez de viviendas asequibles y sostenibles y partiendo de la premisa principal de que todos merecemos un hogar digno, este proyecto está diseñado para satisfacer cuestiones humanas básicas -seguridad, comodidad y bienestar- garantizando a su vez la eficiencia energética y la sostenibilidad de las viviendas.
Empleando métodos de construcción eficientes y materiales económicos, este proyecto logra una huella de carbono 70% menor que las estructuras tradicionales, promoviendo, además, una serie de soluciones e innovaciones que favorecen el diseño circular y reducen el consumo energético y la contaminación lumínica.
5. Centro Comunitario en Ruanda (estudio BE_Design)
El Centro Comunitario de Ruanda, firmado por BE_Design en colaboración con Rwanda Village Enterprises (RVE), se ha convertido en la piedra angular de la transformación de un país que ha enfrentado diversos contextos sociopolíticos complejos. Ubicado estratégicamente, no solo ofrece servicios comunitarios esenciales, sino que su estructura principal funciona como un salón de reuniones o un aulario para acomodar los distintos programas sanitarios, educativos y de tutoría para mujeres jóvenes. De esta forma, el Centro se convierte en un punto de efervescencia comunitaria y en catalizador para la sanación y la unión de su comunidad.
Además, su construcción supone todo un homenaje al arte tradicional, empleando una gran mayoría de materiales de origen local e inspirando parte de su decoración en el arte “Imigongo”, típico de la región.
6. Paper Log House (Shigeru Ban)
En 1995 el arquitecto japonés Shigeru Ban fundó la Red de Arquitectos Voluntarios (VAN), con el objetivo de coordinar la ayuda en diversas catástrofes en el ámbito de la construcción. Tras más de tres décadas combinando su ingenio y práctica para aliviar los efectos de los desastres naturales en Haití, Turquía, Kobe y L’Aquila, -lo que le valió un Premio Pritzker-, Shigeru Ban ha presentado la Paper Log House, un nuevo proyecto para paliar los efectos del devastador terremoto registrado en Marruecos el pasado mes de septiembre.
Esta casa prefabricada está construida con materiales reciclados, como tubos de papel, cajas de cerveza llenas de sacos de arena o paneles de madera prefabricados, seleccionados especialmente para poder desmontarse y reciclarse con facilidad cuando ya no sea necesario su uso -abordando así de forma eficiente la gestión de residuos- y presenta un diseño sencillo cuyo objetivo principal es proporcionar un refugio temporal a quienes lo necesitan con urgencia.
7. Aldea construida en Nigeria por Tosin Oshinowo
La arquitecta nigeriana Tosin Oshinowo llevó a cabo el proyecto de reconstruir una aldea completa para una comunidad desplazada en el norte de Nigeria a través del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD.
La ciudad, que incluye 500 viviendas, un puesto de policía, una escuela primaria, una clínica, un mercado y un centro comunitario, parte de la premisa de que la arquitectura debe ser un fiel reflejo de la identidad cultural y las necesidades de una comunidad. Por eso, cada unidad residencial mantiene el estilo de las viviendas tradicionales de la zona, honrando la rica herencia cultural del país. Con un claro enfoque en la sostenibilidad e integrando prácticas respetuosas con el entorno, este proyecto compuesto de cemento, aglutinante y tierra local, se ha convertido en todo un paradigma del equilibrio entre el desarrollo sostenible y la preservación cultural.
Estos proyectos son solo algunos ejemplos de cómo la arquitectura puede abordar problemas de índole social, mejorando la calidad de vida de las comunidades y otorgando voz a todos aquellos a quienes se les ha negado históricamente. La arquitectura se convierte, pues, en vehículo del cambio, adoptando una perspectiva social y generando un impacto significativo en el tejido cultural de nuestras comunidades.