Si hay algo que destaca de la arquitectura brutalista es su recognoscibilidad. Cualquiera con una mínima noción de esta disciplina puede identificar con facilidad las monumentales estructuras de hormigón en forma de bloque apiladas las unas sobre las otras. Este estilo, caracterizado por formas geométricas sólidas, superficies ásperas y el uso prominente del hormigón, surgió en el siglo XX y desde entonces ha revolucionado los paisajes arquitectónicos de muchas ciudades.
La Unité d’Habitation de Le Corbusier en Marsella fue el origen de esta corriente arquitectónica que se enfoca en la belleza natural de los materiales como el hormigón, el ladrillo o la madera y desde Londres a Buenos Aires, pasando por Madrid, son muchos los arquitectos que se han rendido a este particular estilo en los últimos cien años.
No obstante, el brutalismo tuvo su apogeo en las décadas de 1950 a 1970, coincidiendo con el auge del modernismo. Surgió como una respuesta a la reconstrucción posbélica y se adoptó en proyectos gubernamentales, educativos y residenciales. Especialmente en Inglaterra, donde la necesidad apremiante de reconstruir las ciudades tras la guerra provocó que arquitectos como Ernő Goldfinger, Peter y Alison Smithson o Powell & Bon impulsaran esta estética en sus proyectos. Y fue el crítico arquitectónico británico Reyner Benham quién, en su ensayo de 1955 “El nuevo brutalismo” sentó las bases teóricas de este nuevo estilo.
Aunque su popularidad disminuyó en las décadas posteriores, el brutalismo sigue siendo un estilo influyente con un renacimiento en el interés arquitectónico contemporáneo.
Características técnicas del brutalismo:
- Hormigón expuesto: Una característica distintiva del brutalismo es el uso del hormigón expuesto. Las estructuras exhiben orgullosamente la textura y el color natural del hormigón, enfatizando la honestidad de los materiales de construcción.
- Formas geométricas sólidas: Los edificios brutalistas a menudo presentan formas sólidas y geométricas, con una tendencia a la monumentalidad y con líneas limpias y volúmenes masivos.
- Énfasis en la funcionalidad: El brutalismo tiende a destacar la funcionalidad de los edificios. Los elementos estructurales a menudo están expuestos y diseñados para cumplir su propósito de manera eficiente.
- Ausencia de ornamentos: En contraste con estilos arquitectónicos más decorativos, el brutalismo abraza la simplicidad. Se aleja de ornamentos innecesarios y se enfoca en la forma y la función.
5 edificios brutalistas icónicos
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Barbican, Londres, Inglaterra: Construido en los años sesenta y setenta a cargo del estudio de arquitectura Powell & Bon, este edificio alberga dentro una pequeña ciudad. Construido en una de las zonas que quedaron devastadas tras La II Guerra Mundial, el Barbican partió de una utopía: la de crear una ciudad dentro de otra ciudad. Con más de 2.000 pisos, dúplex y adosados rodeados por tiendas, restaurantes, escuelas, una iglesia y un centro artístico, esta edificación se inauguró en 1982.
- Torres blancas, Madrid: Todo aquel que entra a Madrid por la A-2 será recibido por la silueta de este edificio residencial de 81 metros de altura, diseñado por Francisco Javier Sáenz de Oiza. Tratando de evocar enormes árboles, con grandiosos troncos y copas que toman la forma de balcones, este edificio se concluyó en 1969.
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Sirius Sydney Harbour, Sídney, Australia: Aunque se construyó en 1970 con el objetivo de convertirse en viviendas sociales, pronto la gente empezó a trasladarse al distrito de Rocks, disparando los precios y provocando que en 2019 el gobierno vendiera este complejo brutalista a promotores privados por 138 millones de euros. S
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Arquivo Nacional da Torre do Tombo, Lisboa, Portugal: La fachada frontal de este edificio brutalista ofrece una perspectiva oblicua de la estructura simétrica, brutalista en prácticamente todos los aspectos. No obstante, como la gran mayoría de edificios portugueses, este deja entrever ciertos detalles simbólicos, como son sus dos alas y enormes bases en forma de fortaleza que pretenden hacer un guiño a la conservación: la del edificio y también la de la historia del país, que se encuentra entre las paredes de este edificio brutalista.
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Les Choux, Créteil, Francia: Este conjunto de 10 edificios, todos de la misma altura, construidos en 1974 por el arquitecto Gérard Grandva ha dado fama internacional al suburbio parisino de Créteil. Les Choux, que se podría traducir por coles o repollos, iba a estar, en su origen, decorado con miles de árboles y plantas ornamentales, haciendo honor a su nombre y transformando el aspecto de los edificios a lo largo de las estaciones. No obstante, esa fase de plantación jamás llegó a producirse.
El futuro de la arquitectura brutalista
A pesar de sus críticas a lo largo de su corta historia, el brutalismo ha demostrado su capacidad para resistir la prueba del tiempo. Su estética audaz y su enfoque sin ornamentación continúan inspirando a arquitectos y diseñadores contemporáneos y la resurgencia del interés en el brutalismo destaca su impacto duradero y su capacidad para evolucionar y adaptarse a nuevas sensibilidades estéticas.
Por tanto, la arquitectura brutalista se convierte en una de esas corrientes que han dejado una huella indeleble en la historia de la arquitectura. Y, aunque son muchos sus detractores, su capacidad de evolucionar y adaptarse a los nuevos tiempos no hace otra cosa que demostrar que la conversación en torno al brutalismo no ha hecho más que empezar.