Según el Instituto Nacional de Estadística, pasamos entre 30 y 46 horas semanales en el trabajo, siendo así el segundo emplazamiento donde más horas invertimos al día.
La pandemia del CoVid-19 trajo consigo un cambio de paradigma en lo que a espacios y formatos de trabajo se refiere. El teletrabajo irrumpió en nuestra rutina y, lo que en España quedaba todavía muy lejos, se instauró como una realidad inexorable para empresas y trabajadores.
Los empleados encontraron en el teletrabajo un formato mucho más cómodo, ergonómico y conciliador. Por lo tanto, devolver la vida a las oficinas es aún más complicado en aquellos espacios que no estén diseñados para favorecer la creatividad y funcionalidad de los trabajadores. En pro de incentivar la presencialidad, es necesario cuidar ciertos elementos que prioricen una mayor integración y comodidad en el espacio de trabajo.
A la hora de plantear el diseño de una oficina, es indispensable conocer y atender de forma específica las necesidades particulares de la empresa. Cada corporación es única y atender las singularidades y el esquema funcional con el que se trabaja es esencial.
Elementos a tener en cuenta en el diseño de una oficina
El diseño de una oficina varía en función de la actividad profesional que se desarrolle en la misma. Es, por lo tanto, tarea ineludible prestar especial atención a la composición por departamentos, los requerimientos de almacenaje o la dotación de servicios.
Hay ciertos elementos en lo que a la distribución de los espacios de trabajo se refiere que pueden favorecer una mayor creatividad y eficiencia de los empleados.
Espacios comunes
Que la empresa disponga de espacios de desconexión o reunión favorece el trabajo colaborativo y dinámico.
Eliminar los pasillos en la medida de lo posible y apostar por zonas comunes cercanas y accesibles potencia el diálogo y la escucha activa entre los empleados y convierte el lugar de trabajo en un espacio más amable.
Condiciones físicas del espacio
Disponer de unas condiciones físicas inadecuadas puede terminar desmotivando al trabajador. Es por eso que la iluminación, la climatización y la sonoridad del espacio juegan un papel básico e intrínseco de cualquier diseño de oficinas.
Distribución de los espacios
Es importante también dejar de lado los espacios demasiado privados. La estructura basada en despachos grandes para los directivos y cubículos para los empleados establece una jerarquización del trabajo que pasa por alto las relaciones laborales interpersonales y centra su modelo de producción en un proceso industrializado y deshumanizado.
El orden en la oficina es imprescindible
Disponer de una zona de trabajo organizada y limpia favorece la eficiencia y la funcionalidad de los trabajadores. Concentrarse en un espacio con tendencia al caos es tarea imposible. Por lo tanto, integrar en el diseño de la oficina ciertos elementos que contribuyan a mantener el orden implementa una mayor operatividad.
El orden del espacio ensalza el orden de las ideas.
¿Qué iluminación es la adecuada a la hora de plantear el diseño de oficinas?
Como en todo, lo primero es analizar las actividades que se van a desarrollar.
En caso de ser una oficina al uso, con tareas que exigen el manejo prolongado de pantallas, lo más recomendable es trabajar con la máxima luz natural posible, siempre combinada con una correcta iluminación artificial.
Instalar paneles led que simulen la luz del día puede ser una buena opción para evitar problemas físicos como dolor de cabeza o vista cansada y emocionales como ansiedad o falta de concentración.
Implementación de la identidad corporativa de la empresa
La identidad corporativa de una empresa engloba una serie de estrategias que, con el foco puesto en el diseño, abarcan comunicación, identidad y diferenciación.
En un mundo empresarial cada vez más homogéneo, es imprescindible contar con una estrategia definida y personalizada para destacar entre la multitud. A través de un enfoque integral, se debe transmitir la identidad de marca de manera estandarizada y por medio de todos los canales de la empresa, ya sean físicos o digitales.
Esto, por supuesto, incluye el espacio de trabajo.
Es fundamental que el diseño del lugar donde se desarrolla la actividad profesional esté alineado con los valores identitarios de la marca: desde la gama cromática, pasando por el tono comunicativo o la línea estética.
Coherencia en el diseño de oficinas
La creación de un hilo conductor que dote de coherencia al diseño es clave. Lograr una cohesión entre los diferentes elementos y departamentos favorece una mayor armonía del espacio. Es, por lo tanto, conveniente, determinar antes de empezar a diseñar nuestra oficina, la estética final que nos va a definir.
De esta manera, la arquitectura y el diseño de interiores van de la mano para lograr un espacio único, personalizado y con carácter.