Tendemos a pensar en el diseño y la arquitectura de los espacios únicamente como una herramienta utilitaria y funcional. Sin embargo, y aunque no seamos conscientes de ello, el diseño de interiores también influye en nuestras emociones y nuestra forma de comportarnos.
Como ya hemos mencionado en artículos anteriores, la arquitectura forma parte de nuestra vida diaria, llegando incluso a favorecer una mayor eficiencia laboral o convirtiéndose en eje central de un movimiento social. Teniendo esto en cuenta, cabe pararse a analizar cómo influye la arquitectura de las tiendas de ropa y retail en nuestra experiencia de compra y, por supuesto, en nuestro comportamiento como consumidor.
Pese a una tendencia cada vez más creciente de consumo online, los puntos de venta físicos se sustentan como herramienta de comunicación que permite incrementar las ventas y mejorar nuestra imagen de marca. Por lo tanto, el diseño de nuestro espacio debe reflejar nuestros valores y estar alineado con nuestra filosofía y con nuestra estrategia comunicativa.
La tipología del espacio, la psicología del consumidor, o la disposición y exposición del producto son algunos de los aspectos a tener en cuenta a la hora de llevar a cabo el diseño de una tienda de ropa o retail.
La psicología del consumidor
La psicología del consumidor es la disciplina que estudia los factores y procesos que influyen en la selección y compra de productos. Mediante la observación de esta materia, podemos definir una estructura del espacio que permita incrementar las ventas. Es decir, analizando los factores personales, culturales, sociales y psicológicos que influyen en el consumidor a la hora de elegir y comprar un producto, seremos capaces de implementar una estrategia de marketing que pasa, necesariamente, por realizar una correcta adecuación del espacio a las necesidades del usuario.
Durante el proceso de compra, el consumidor recibe estímulos dirigidos a satisfacer sus necesidades. Entender cómo funcionan estos estímulos nos permitirá dirigir la atención del comprador hacia los productos que queremos destacar.
Tipología del espacio
Otro aspecto esencial a tener en cuenta es la tipología del espacio. El componente visual puede determinar la decisión de compra y esto empieza por el primer incentivo que recibe el usuario: el escaparate.
Un escaparate cerrado es aquel que impide visualizar el resto de la tienda. Esto nos permite crear un ambiente específico que incita a descubrir el interior del espacio. Será acertado optar por esta opción en los casos en los que queramos dotar de exclusividad a nuestro espacio de ventas o potenciar la curiosidad del potencial cliente.
El escaparate abierto, por el contrario, es aquel que permite visualizar la tienda desde el exterior. Esta opción propia una mayor inmersión del peatón o posible cliente ya que expone todo el contenido de la sala de ventana, logrando una transparencia en el contenido y propiciando el acceso al usuario.
Deberá ser la opción a desarrollar en los casos en los que queramos crear una cercanía entre el comprador y el producto en venta.
Analizar las características de nuestro espacio y la versatilidad que ofrece nos permitirá decidirnos por una tipología de diseño u otra, aprovechando los recursos al máximo, para así satisfacer las necesidades del consumidor e incrementar las ventas.
Distribución de la tienda
Por otro lado, la distribución de los productos marcará el recorrido que realiza el usuario en nuestra tienda. Esto dependerá del espacio disponible, el tipo de producto y, por supuesto, el público objetivo al que se dirige nuestro negocio. El comportamiento del cliente se verá directamente influenciado por la distribución que elijamos, por lo que los artículos deben mostrarse exprimiendo todo el potencial del espacio, logrando así incrementar la venta cruzada.
Dependiendo del tipo de negocio y del espacio del que disponemos, podemos optar por una distribución abierta que otorgue cierta libertad al cliente o, por el contrario, por un recorrido cerrado que dirija al usuario por nuestra tienda.
Zonas calientes y zonas frías
Por supuesto, debemos prestar especial atención a todos aquellos factores utilitarios, como los puntos de acceso o la distribución de zonas calientes y zonas frías. Los puntos de acceso han de ser transitables para todos, favoreciendo un flujo de circulación ágil y evitando aglomeraciones.
Por otro lado, debemos tratar de equilibrar las zonas calientes y las zonas frías. Las zonas calientes son aquellas en las que se concentra la atención de la clientela. Mientras que las zonas frías son aquellas menos accesibles, como esquinas o zonas muy estrechas.
La ventaja de los puntos calientes es que podemos controlarlos. No obstante, los puntos fríos suelen venir impuestos por las características técnicas del local. El objetivo del diseño es suplir las carencias de las zonas frías intensificando los puntos de venta calientes.
Construir áreas en base a las nuevas tendencias de compra
Por último, un factor determinante a la hora de diseñar una tienda de ropa o retail es la integración de los nuevos formatos de compra.
La compra online es una realidad cada vez más vigente, por lo que implementar nuevas áreas en base a esta nueva tendencia de consumo es sustancial. Adaptarnos a los cambios en cuanto a los hábitos de compra nos permitirá ser partícipes de esta transformación, evitando así la obsolescencia y el anquilosamiento empresarial.