“Barcelona es como un sueño hecho realidad para los amantes del arte y la belleza. Cada rincón de la ciudad es una obra de arte en sí misma”, dijo Federico García Lorca. Y es que el poeta granadino -al igual que muchos otros artistas, como Hemingway, Picasso o Greta Garbo- era un enamorado de la ciudad condal. Por sus calles y lugares más emblemáticos han desfilado escritores, músicos, pintores, cineastas, actores, poetas y bailarines, convirtiéndose algunos espacios destacados, como la famosa coctelería Boadas o el Bar Marsella, en puntos álgidos de efervescencia cultural y artística. Tal es el duende de Barcelona, que incluso directores como Woody Allen han hecho de una de sus películas, una carta de amor a la ciudad.
Barcelona, Capital Mundial de la Arquitectura, 2026
Es por eso que no sorprende en absoluto que la UNESCO haya nombrado a Barcelona Capital Mundial de la Arquitectura 2026. De hecho, la designación oficial llega, prácticamente, como un mero trámite, después de que su candidatura se impusiera a la de Pekín en la Asamblea General de la UIA celebrada en julio de 2021 en Río de Janeiro (Brasil).
Este reconocimiento se plantea como un homenaje al destacado legado arquitectónico de Barcelona, así como a su compromiso con el desarrollo de esta disciplina y, también, con la sostenibilidad. Con una rica historia arquitectónica -que abarca, desde el modernismo catalán, hasta el diseño contemporáneo- como telón de fondo, Barcelona se ha convertido en el caldo de cultivo ideal para arquitectos y diseñadores emergentes.
Siendo escenario de algunas de las obras maestras arquitectónicas más insignes a nivel mundial, como La Sagrada Familia, de Antoni Gaudí, el Parc Güell y la Casa Batlló, la ciudad también alberga algunos ejemplos notables de innovación y vanguardia, como la Torre Glòries, diseñada por Jean Nouvel, el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (MACBA) de Richard Meier y el innovador barrio de Poblenou -transformado en un hub tecnológico y creativo- convirtiendo así Barcelona en una simbiosis perfecta entre tradición y vanguardia.
Ejemplo de sostenibilidad
El nombramiento de Barcelona como Capital Mundial de la Arquitectura 2026 no solo celebra su destacado patrimonio arquitectónico, sino también su compromiso con la sostenibilidad y la promoción de la arquitectura como motor de cambio social. La ciudad ha sido líder en la implementación de políticas y proyectos que fomentan la sostenibilidad en el diseño y la construcción de edificios, así como en la integración de espacios públicos y el fomento de la participación ciudadana en la planificación urbana.
Con ejemplos en el campo urbanístico que han supuesto un cambio de paradigma en lo que a la concepción de las ciudades se refiere, Barcelona destaca como una ciudad pionera en la planificación urbana sostenible, adoptando un enfoque holístico que busca equilibrar el desarrollo económico, la calidad de vida de sus habitantes y la preservación del medio ambiente.
Ejemplo de ello son las supermanzanas (agrupaciones de varias manzanas en zonas peatonales que limitan el tráfico de vehículos), los ecobarris (barrios ecológicos que emplean el diseño urbano para promover la conservación de recursos y reducir el impacto ambiental, al tiempo que mejoran la calidad de vida de los residentes), sus famosos parques urbanos y espacios verdes (como El Parc de la Ciutadella, el Parc de Montjuïc y el Parc de la Barceloneta) o la extensa infraestructura ciclista que fomenta el uso de la bicicleta como medio de transporte sostenible.
Conservación y rehabilitación del patrimonio arquitectónico
Otra característica distintiva del urbanismo en Barcelona es la conservación y rehabilitación de su patrimonio arquitectónico. La ciudad ha sabido preservar y adaptar edificios históricos y monumentos emblemáticos, como la Sagrada Familia y el Parc Güell de Gaudí, para su uso actual. Estas intervenciones preservan la historia y la identidad de la ciudad, al tiempo que promueven su desarrollo económico y cultural.
Ejemplo de ello es el famoso barrio de la Villa Olímpica, construido para los Juegos Olímpicos de 1992, reconvertido ahora en una institución en el desarrollo urbano sostenible, transformando una antigua zona industrial en un vibrante espacio residencial y recreativo.
Barcelona y el arte
Como hemos mencionado al inicio de este artículo, Barcelona ha sido, desde siempre, cuna y hogar de artistas de diferentes disciplinas, albergando creadores y visionarios de todas partes del mundo.
El modernismo catalán, un movimiento artístico y arquitectónico que floreció a finales del siglo XIX y principios del XX, dejó una profunda huella en Barcelona. Artistas como Antoni Gaudí, Lluís Domènech i Montaner y Josep Puig i Cadafalch siguen siendo, a día de hoy, un testimonio indeleble que mantiene el legado artístico de la ciudad.
Además, Barcelona se convirtió, junto a París, en sede del movimiento de vanguardia surrealista, acogiendo en sus míticos bares, como los ya mencionados Bar Marsella o la coctelería Boadas, a artistas como Dalí, Miró o Antoni Tàpies. Creadores que danzaban en perpetuo equilibrio entre la capital francesa y la ciudad condal, y que encontraban en sus calles la inspiración y el origen de su arte. Ya lo dijo Hemingway -y ¿quién mejor que él para bautizar a una ciudad?- “Barcelona es una opereta”.
Barcelona, una ciudad que mira al futuro
En cuanto a la planificación urbana a largo plazo, Barcelona ha adoptado un enfoque estratégico con la creación de planes directores y proyectos emblemáticos. El Plan General Metropolitano (PGM) establece las directrices para el desarrollo y la gestión del territorio metropolitano, promoviendo la cohesión social y la mejora de la calidad de vida de sus habitantes. Además, proyectos como el Distrito 22@ y la renovación del frente marítimo de Barcelona han transformado áreas industriales y portuarias en nuevos espacios residenciales, comerciales y culturales.
Sin embargo, es importante destacar que el urbanismo y la planificación urbana son procesos dinámicos y en constante evolución. Barcelona continúa enfrentando desafíos en términos de densidad, movilidad y equidad social, y es necesario seguir trabajando en soluciones creativas y adaptativas para asegurar un desarrollo urbano equilibrado y sostenible.
En definitiva, Barcelona se convierte, de forma indiscutible, en la ciudad perfecta recoger el testigo de Copenhague y pasar a ser la Capital Mundial de la Arquitectura 2026. Al fin y al cabo, y, como diría Isabel Allende: “Barcelona es una ciudad que despierta los sentidos y despierta la imaginación. Sus colores, su arquitectura y su gente hacen que sea un lugar único en el mundo”.
por Rocío Tuset