No es ningún secreto que las ciudades de todo el mundo enfrentan un desafío creciente en materia de sostenibilidad y eficiencia energética. Como solución a la actual crisis climática, son numerosas las corrientes y estilos arquitectónicos que tratan de ofrecer sistemas de construcción más sostenibles y respetuosos con el medio ambiente. El diseño bioclimático, la arquitectura vernácula, tecnologías como la impresión 3D o la arquitectura pasiva son solo algunas de estas renovadas formas de concebir la arquitectura y el diseño.
No obstante, ante esta realidad, un grupo de estudiantes del Instituto de Arquitectura Avanzada de Cataluña (IAAC) ha ido más allá, proponiendo una solución innovadora, pero que parte de una técnica de construcción ancestral: el uso del barro. Inspirados por el pasado, pero mirando al futuro, estos arquitectos han empleado una impresora 3D para levantar una casa hecha principalmente de barro en las instalaciones de Valldaura Labs, en Barcelona. Tradición y vanguardia conviven en este proyecto que pretende abordar algunos de los desafíos contemporáneos en lo que se refiere a la construcción de viviendas, incluyendo, por supuesto, la necesidad de reducir el impacto ambiental de la construcción, promover la sostenibilidad y fomentar la eficiencia energética.
Construir con barro, una técnica ancestral
El barro, un material natural y abundante, ofrece numerosas ventajas en este sentido. Es renovable, biodegradable y tiene un bajo coste ambiental en comparación con los materiales de construcción convencionales como el cemento y el acero.
El proyecto de los estudiantes del IAAC demuestra cómo la tecnología moderna, en este caso, la impresión 3D, puede combinarse con técnicas tradicionales para crear soluciones arquitectónicas innovadoras y sostenibles. De hecho, la impresión 3D permite construir estructuras complejas de manera eficiente y precisa, utilizando materiales locales y renovables como el barro.
Además de sus beneficios ambientales, las casas construidas con barro también ofrecen ventajas en términos de confort y salud. Este material es un excelente regulador térmico, lo que significa que las casas construidas con él pueden mantener temperaturas frescas en verano y cálidas en invierno de manera natural, reduciendo la necesidad de calefacción y refrigeración artificial. Además, también tiene propiedades naturales de filtración y absorción de humedad, lo que contribuye a un ambiente interior más saludable y confortable.
El proyecto en Valldaura Labs es solo un ejemplo de cómo el uso del barro en la construcción de viviendas está experimentando un renacimiento en todo el mundo. En muchos países, arquitectos y constructores están redescubriendo las ventajas de este material ancestral y están aplicando técnicas innovadoras para aprovechar al máximo su potencial.
El futuro de la arquitectura
Es innegable que el futuro de la arquitectura ha de ser verde. La sostenibilidad y la conciencia ecológica deben atravesar todos y cada uno de los procesos a la hora de construir viviendas si queremos legar un planeta habitable. Por eso, a medida que la consciencia sobre la importancia de la crisis climática actual continúa creciendo, es probable que sigamos viendo cómo van surgiendo proyectos que adoptan enfoques sostenibles. La combinación de las técnicas ancestrales -mucho más respetuosas con el medio ambiente- y la tecnología actual ofrece una vía prometedora para la creación de viviendas más conscientes con el planeta y el entorno, y también más saludables y cómodas para las personas que las habitan.
Sin embargo, esto no es solo un enfoque de futuro para la próxima generación de trabajadores del sector, sino que los arquitectos y estudios de arquitectura de todas las ciudades alrededor del globo han de analizar con una perspectiva crítica su forma de trabajar -si no lo han hecho ya-. Solo así conseguiremos cambiar el paradigma actual y comenzar a habitar ciudades y viviendas más sostenibles y, por tanto, mejores para el planeta y también para nosotros.